Durante un partido de fútbol entre el Arema FC y el Persebaya Surabaya, ocurrió una verdadera tragedia, murieron 125 personas y hubo más de 300 heridos luego de una estampida masiva hacia el campo de juego. Muchas de las personas murieron por el caos, apretadas unas contras otras, a causa de los empujones, pisoteos y asfixia.
Fue en el estadio de Kanjuruhan, en la región javanesa de Malang en Indonesia. El inspector general jefe de la Policía de Java Oriental, Nico Afinta, señaló que las protestas estallaron tras la derrota del Arema FC contra su adversario, según recoge al medio local Suryamalang. Los aficionados del equipo perdedor saltaron al campo de juego con la intención de demandar explicaciones por el resultado.
Ante esta situación, una desbordada policía, decidió realizar acciones preventivas y de distracción, para de esta forma, evitar un caos mayor. Dentro de estas «acciones preventivas» se incluyó el uso de gases lacrimógenos.
El presidente de Indonesia, Joko Widodo, dio orden de suspender todos los partidos de la liga nacional hasta que no se aclare lo que ha descrito como una «verdadera tragedia humanitaria».
Por su parte, la Federación de Fútbol indonesia (PSSI) había señalado anteriormente que «lamenta las acciones de los fanáticos» y dio cuenta que se constituyó un equipo de investigación en la ciudad de Malang donde está el estadio.