Miles de personas se congregaron este domingo en la Plaza San Pedro para escuchar el mensaje navideño del papa Francisco, quien oró por Ucrania, un país devastado por la guerra, y pidió que no se use la comida como un arma.
El líder de la Iglesia católica habló a los fieles desde el balcón central de la Basílica de San Pedro en el Vaticano antes de entregar la bendición.
“Hermanos ucranianos viven esta Navidad en la interperie o lejos de sus hogares a causa de la destrucción de esta guerra. Que se iluminen las mentes de quienes tienen el poder de acallar las armas y poner fin a esta guerra insensata”, dijo el pontífice de 86 años en su discurso, transmitido en todo el mundo.
“Toda guerra provoca hambre y usa la comida misma como arma. Que la comida no sea más que un instrumento de paz”, indicó.
“Nuestro tiempo está viviendo una grave carestía de paz”, lamentó. Entre otros conflictos, mencionó a Siria, Tierra Santa, el Sahel, Myanmar e Irán, regiones convulsionadas para las que deseó “que se evite todo derramamiento de sangre”.
el papa oró por “los niños devorados por las guerras, la pobreza y la injusticia”, y lamentó que “los hombres en el mundo, hambrientos de poder y dinero, devoran de igual modo a sus seres queridos, a sus hermanos”.
Pidió a la gente “dejar la tibia calidez de la mundanidad” y que “no dejemos pasar esta Navidad sin hacer algo de bueno”.
En cuanto a América Latina, Francisco pidió este domingo un “esfuerzo por pacificar las tensiones políticas y sociales que afectan a varios países”. Y añadió: “Pienso particularmente en el pueblo haitiano que está sufriendo desde hace mucho tiempo”.
La noche del sábado, el Papa encabezó la tradicional Misa de Nochebuena en la Basílica de San Pedro ante unas 7.000 personas, según el Vaticano.

