Tras la importante crecida del río Paraná que afectó a la provincia de Santa Fe durante la última parte de 2023, generando anegamientos y evacuados que llevaron a declarar la emergencia hídrica, se observa un alivio en la costa santafesina.
En las últimas dos semanas, el nivel del Paraná en el hidrómetro de Santa Fe ha descendido en 57 centímetros, situándose por debajo del nivel de alerta y prometiendo mantener la tendencia descendente en las próximas semanas.
Según Juan Borús, subgerente de Alerta Hidrológico del INA, la formación del nivel del Paraná en las altas cuencas muestra una etapa tranquila. Aunque se esperaba una crecida significativa durante el verano, la perspectiva actual indica una situación más calmada. Borús sugiere que se evaluará la situación en el otoño, pero de momento, se anticipa una etapa más sosegada durante este verano.
Actualmente, el nivel del Paraná en Santa Fe es de 4,82 metros, descendiendo 63 centímetros desde su pico a mediados de diciembre. Borús proyecta que en dos semanas, el río rondará los 4,70 metros y, para el 16 de enero, estará cerca de los 4,30 metros, a más de un metro de su nivel máximo durante la crecida.
El fenómeno climático «El Niño» ha contribuido a condiciones meteorológicas inusuales, con precipitaciones por encima de lo normal en diciembre. A pesar de que se espera que el río vuelva gradualmente a niveles normales, se pronostica que la situación de aguas altas persistirá en Santa Fe hasta la tercera semana de enero. Este retorno gradual es atribuido a las lluvias por encima de lo habitual y al fenómeno «El Niño».