A una semana del crimen de Damián Strada, persisten las incógnitas y crecen las sospechas

Este domingo se cumple una semana del brutal homicidio de Damián Strada, el joven de 32 años oriundo de María Luisa que viajó en la noche del sábado 13 de septiembre en su motocicleta hasta Laguna Paiva, donde esperaba encontrarse con una mujer con la que mantenía una relación informal, pero terminó encontrando la muerte.


Strada había conocido a la joven meses atrás y, según confiaron allegados, solía viajar con frecuencia a Laguna Paiva para verla. La mujer casi nunca visitaba María Luisa y, de acuerdo al entorno familiar, la relación era cuestionada por las actitudes “extrañas” de ella. Una de las principales inquietudes de la familia era que la muchacha le pedía dinero de manera constante, y Damián accedía a esos pedidos.

La madrugada del domingo, mientras se presume que Damián ya estaba muerto, desde su teléfono celular se enviaron mensajes solicitando préstamos tanto a su madre como al presidente comunal de María Luisa. También se registraron transacciones a través de Mercado Pago hacia un comercio de Laguna Paiva y varias comunicaciones telefónicas, aunque hasta el momento no se detectaron usos directos de tarjetas u otras pertenencias. Los investigadores analizan los celulares secuestrados durante los allanamientos.


De acuerdo a los primeros datos de la investigación, Strada se encontró esa noche con la mujer y con otro joven, cuya identidad se conoció después del hecho. Más tarde, testigos lo vieron a bordo de su motocicleta, pero no era él quien la conducía, sino la mujer junto al acompañante. El homicidio se habría concretado en el ingreso a Laguna Paiva, y horas después la moto fue hallada abandonada en el otro extremo de la ciudad.

Un detalle no menor llamó la atención de los investigadores: pasada la madrugada del domingo, la foto de perfil de WhatsApp de Damián desapareció y su cuenta quedó sin imagen, mientras que casi al mismo tiempo la mujer actualizó su perfil con una foto junto al otro joven, donde se los veía cercanos, como pareja. El teléfono de Strada se apagó esa misma noche y hasta el momento no fue hallado.


El crimen conmociona a las pequeñas comunidades de María Luisa y Laguna Paiva, y mantiene en vilo a familiares y amigos que exigen justicia. La investigación continúa con el análisis de pericias telefónicas, movimientos financieros y testimoniales, en busca de esclarecer un homicidio que ya acumula sospechas sobre una trama de engaños, dinero y vínculos personales oscuros.

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