Desde la mañana del miércoles 21 de octubre se espera un marcado cambio de tiempo en toda la provincia. El avance de un frente frío provocará lluvias, chaparrones y tormentas que podrían ser severas entre el jueves y el sábado.
El clima vuelve a ser noticia en la provincia de Santa Fe. A partir de la mañana del miércoles 21 de octubre de 2025, el ingreso de un frente frío comenzará a modificar de manera significativa las condiciones del tiempo. Según los pronósticos, el fenómeno avanzará lentamente y dejará a su paso lluvias, chaparrones y tormentas aisladas, algunas de las cuales podrían alcanzar intensidad fuerte.
Durante el miércoles, las áreas de inestabilidad afectarán primero al extremo sur y norte provincial, mientras que el jueves las lluvias se extenderán hacia el resto del territorio, volviendo el panorama más generalizado. El viernes se perfila como el día de mayor inestabilidad en toda Santa Fe, y el sábado, el mal tiempo persistirá especialmente en el norte.
En este contexto, no se descartan tormentas localmente severas, con precipitaciones intensas en cortos períodos de tiempo, ráfagas de viento fuertes, caída de granizo de diversos tamaños y actividad eléctrica destacada.
Las ráfagas de viento del sector noreste podrían superar los 50 km/h durante el jueves, mientras que hacia el sábado, el viento cambiará al sector sudoeste y podría alcanzar los 60 km/h.
En cuanto a los acumulados de lluvia, se estiman entre 20 y 50 mm para el sur, 30 a 70 mm para el centro y 40 a 100 mm para el norte provincial, aunque en algunas zonas los valores podrían ser mayores.
El domingo 26, día de las elecciones, se espera una mejoría temporaria, con cielos parcialmente nublados, descenso térmico y viento del sudoeste que irá perdiendo fuerza con el correr de las horas. Sin embargo, el alivio será breve: hacia el lunes, un nuevo frente inestable volvería a generar lluvias y un marcado descenso de temperatura.
Los organismos meteorológicos recomiendan mantenerse informados ante la posible emisión de alertas oficiales y extremar precauciones, especialmente en zonas rurales o propensas a anegamientos.