El 12 de diciembre de 1995, un prófugo de la cárcel de Las Flores secuestraba a una joven de 14 años para abusar de ella, y luego asesinar a su madre y sus cuatro hermanitos. El hecho recorrió el país bajo el nombre de «la masacre de Recreo».
La tragedia conmocionó al país nadie pudo estar al margen de la masacre que produjo Ferreyra, un asesino que debía estar en la cárcel de Las Flores purgando una condena por haber cometido varios delitos y que, sin embargo, por haber sido el delator de otros presos como él con los agentes del servicio penitenciario de la provincia de Santa Fe, gozaba de privilegios que los otros internos jamás tuvieron.
Por esa fisura mixta construida a fuerza de traición de sus pares y la delación a los agentes penitenciarios, Ferreyra tenía libertades y accesos que el resto de presos ni siquiera imaginaban. Esa fue la razón que le permitió algunos meses antes de la masacre, evadirse de la cárcel –y como siempre se presumió– con la connivencia de sus carceleros, que le debían sus inestimables favores de delación y traición.
Claudia Vega fue la única sobreviviente
En la casa N° 41 de la calle Güemes al 1400, precisamente en el barrio Hipotecario, ubicado en el sector suroeste de la localidad de Recreo, vivían Nélida Susana Toledo de Vega, una madre de 31 años, y sus 5 hijos. Nelly, que esperaba su sexto hijo, estaba en la casa cuando un hombre se llevó a la mayor -Claudia-, que en ese entonces tenía 14 años.
Ocurrió el martes 12 de diciembre, pasada la media noche. La joven fue encerrada en una vivienda pegada a la suya, de la que pudo escapar varias horas más tarde. Durante el cautiverio, un prófugo de la cárcel de Las Flores entró a su casa y asesinó a su mamá de 8 puñaladas, además de asfixiar a sus cuatro hermanitos.
La localidad se movilizó para pedir justicia
Los chicos eran Alberto, de 11 años; Daniel, de 10; Sebastián, de 8; y Cristian de 1 año y medio. La mujer llevaba un embarazo de 7 meses.
La noticia trascendió en horas de la tarde, cuando Claudia logró escapar de la vivienda en la que estaba secuestrada. Una vez afuera pidió auxilio a un tío policía, que de inmediato avisó a la comisaría y se fue a ver qué pasaba.
En el lugar se produjo un tiroteo con el atacante, que al advertir la presencia policial intentó fugarse cubriendo su retirada. Intentó escapar haciéndose pasar por un herido mas en el interior de una ambulancia local. En la huida recibió un disparo en su pierna derecha y más tarde fue definitivamente apresado y trasladado al hospital Cullen, mientras los vecinos trataban de lincharlo.
Fotos archivo El Litoral