Hoy se cumplen tres décadas de uno de los episodios criminales más conmocionantes del país. Cerca de las 14 horas comenzaba a conocerse la noticia de una masacre en la casa 41 del barrio Hipotecario Sur. Recreo, por entonces un pueblo tranquilo a las puertas de Santa Fe, quedó sacudido para siempre.
Marcelo “Chajá” Ferreyra, un peligroso delincuente que había escapado de la Cárcel de Las Flores el 1° de diciembre —y que, según versiones, se movía por el barrio con total libertad pese a estar prófugo— ingresó a la vivienda y encerró a la familia Vega Toledo. Allí asesinó uno por uno a Nélida Susana Toledo, embarazada de siete meses, y a sus hijos Alberto (11), Daniel (10), Sebastián (8) y Cristian (1 año y medio).
Solo sobrevivió Claudia, de 14 años, tras ser golpeada y violentada. En un descuido del agresor logró escapar por un ventiluz y pedir ayuda. Vecinos fueron quienes asistieron a la joven y dieron aviso a la policía.
Minutos después, mientras las fuerzas de seguridad desplegaban un operativo sin precedentes, se produjo un tiroteo en el que Ferreyra resultó herido. Una ambulancia lo asistió sin saber que se trataba del autor de la masacre.
Con Radio Power Max, dialogó uno de los ambulancieros que estuvo en el lugar aquel día. Contó por primera vez cómo vivió ese momento. Relató que el herido subió a la unidad, esperó a que se alejaran de la zona de búsqueda y luego abrió la puerta y escapó corriendo. Recién entonces se supo que se trataba del criminal.
Esa fuga desencadenó una intensa búsqueda por todo Recreo, zonas rurales y la Ruta 70, hasta que finalmente fue recapturado y trasladado a Santa Fe.
Recreo atravesó un año cargado de violencia, con investigaciones que nunca avanzaron sobre el entorno del homicida ni sobre otros asesinatos ocurridos días antes y que la comunidad siempre vinculó a su figura.
A 30 años, la ciudad recuerda el horror vivido y, sobre todo, la fortaleza de quienes sobrevivieron y ayudaron a reconstruir la verdad.




