Caso Morel: un chico de 17 años principal sospechoso del crimen

La investigación por el brutal crimen de María Carla Morel (46) tuvo un inesperado giro ayer cuando la policía detuvo a un joven, de 17 años, el que quedó sindicado como principal sospechoso del hecho. 

Todo se precipitó a media tarde del martes cuando un hombre llegó hasta la comisaría de San José del Rincón e hizo entrega de un teléfono celular, en cuya funda podía leerse el nombre Carla.


Interrogado al respecto el hombre manifestó que un rato antes su hijastro (de nombre Juan Carlos) le había vendido dicho teléfono y que al recorrer la configuración advirtió el nombre de la mujer asesinada en la mañana del lunes, por lo que la asociación fue inevitable. 

Semejante revelación causó un efecto bomba entre los policías que de inmediato comunicaron la novedad a sus pares de la PDI, los que salieron a toda velocidad hacia el lugar.


Ropas con sangre

Al cabo de algunas averiguaciones se decidió allanar el domicilio del joven en cuestión, motivo por el cual se solicitaron los recaudos legales al fiscal de Homicidios, Gonzalo Iglesias.

Y la inspección domiciliaria trajo consigo nuevas sorpresas. Es que en dicho inmueble los pesquisas se habrían incautado de un par de zapatillas y una campera manchas con sangre.

Así las cosas se procedió a la detención del adolescente el que quedó a disposición ahora del juez de Menores, doctor Tredichi. 

Entre otras medidas el magistrado ordenó la incautación de todo el material de secuestro con las respectivas cadenas de custodia.

Sobre el adolescente ahora detenido se supo que vive en cercanías al domicilio de la infortunada mujer, y que en su haber contaría con algunos antecedentes en materia delictiva.
Resta ahora establecer si el menor actuó solo o contó con la colaboración de otra persona.

Crimen brutal

María Carla Morel fue encontrada sin vida la tarde del lunes, a un costado del terraplén de defensa, en San José del Rincón.

Su cuerpo presentaba severas lesiones en cabeza y rostro (fue golpeada con un objeto contundente), como así también señales de haber sido estrangulada.

María Carla era madre de cinco hijos, y se ganaba la vida llevando adelante una verdulería que tenía instalada en su propia vivienda. 

La mujer era muy querida y respetada entre los vecinos de esa apacible localidad costera, que todavía hoy lloran su trágica desaparición.

Fuente: El Litoral


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