Dolinsky fue condenado por unanimidad a 15 años de prisión domiciliaria

El empresario Alberto Dolinsky fue condenado por unanimidad a cumplir la pena de 15 años de prisión domiciliaria. El tribunal pluripersonal integrado por los jueces Sergio Carraro, Rodolfo Mingarini y Rosana Carrara lo encontró coautor del delito de abuso sexual gravemente ultrajante por ser cometido por dos personas.

Además, le atribuyeron el delito de promoción a la corrupción de menores agravado por ser en perjuicio de una persona menor de trece años de edad. La condena se dio a conocer este martes en una audiencia de la que Dolinsky y sus defensores participaron de manera virtual.


Al terminar la lectura del veredicto, el fiscal Matías Borgi representante del MPA en la causa, explicó en declaraciones de la prensa que ellos habían solicitado que la condena sea no solo efectivo sino también de cumplimiento dentro de un establecimiento carcelario pero el tribunal por el momento entendió que será domiciliaria.

“Estamos convencidos de que no correspondía esta modalidad teniendo en cuenta lo que se probó en el juicio, creemos que la contraparte no acreditó los extremos como mínimo para que sea la modalidad de ejecución” detalló Borgi.

La causa

La agresión ocurrió el 2 de enero de 2014 en un hotel céntrico de la capital provincial, donde residía el acusado, el empresario Alberto Héctor Dolinsky, de 69 años. Por ese entonces, allí también se alojaban la pequeña de 11 años y la entonces pareja de su padre, quien fue identificada como Lindaci Da Silva Miranda, de ahora 31 años y de nacionalidad brasileña. Dolinsky y el padre de la nena se conocían, por su actividad comercial y también eran amigos, según trascendió en la acusación.

A finales de 2016, la niña le comentó la situación a la nueva pareja de su padre, quien realizó la denuncia ante la Unidad Especial de Violencia de Género, Familiar y Sexual de la Fiscalía Regional Santa Fe. En Cámara Gesell, la niña relató que aquel día de 2014 la novia de su padre –por Lindaci– junto con el imputado mantuvieron relaciones sexuales frente a ella en el solarium del hotel y luego en la habitación. La pequeña aseguró también que fue obligada a tomar whisky y fue agredida sexualmente por el hombre en el baño de esa lugar.

Por esos hechos, Dolinsky fue imputado por “abuso sexual con acceso carnal calificado” (al ser cometido por dos personas) en concurso real con “promoción a la corrupción de menores agravada” (por ser la víctima menor de 13 años), según informó en dicha oportunidad la oficina de prensa del Ministerio Público de la Acusación (MPA).

La fiscal subrayó que “por la modalidad y circunstancias de realización de los ilícitos, produjeron denigración, humillación y gran sometimiento en la víctima”. En tal sentido, Del Río Ayala concluyó que “además, son ilícitos capaces de corromper el normal desarrollo sexual de una niña”.

Traumático

Para la Fiscalía, el acusado, quien llega al debate en prisión domiciliaria y con permiso para concurrir a su lugar de trabajo, “formaba parte del círculo más íntimo de confianza del padre de la víctima; había asumido –junto a la mujer extranjera– un deber de cuidado en relación a la niña; aprovechó la vulnerabilidad de la menor; la colocó en un total estado de indefensión y la expuso a un sinnúmero de riesgos físicos y psíquicos”.

Del Río Ayala explicó que “los motivos por los que delinquió no pueden ser justificados en razones altruistas o de necesidades económicas extremas, ni dirigidos a la protección de un bien jurídico, sino más bien que implican un acto claro de pedofilia”, agregó Del Río Ayala.

La fiscal hizo hincapié en que los delitos contra la integridad sexual “son de los más aberrantes que se pueden cometer contra una persona, en especial cuando las víctimas son niños y niñas”. En tal sentido, explicó que “no sólo por los derechos que se vulneran, sino también por lo traumático que resultan estas acciones y las consecuencias que producen o podrían producir a lo largo de la vida de una persona”.

La cómplice  

La investigación de la fiscal incluyó a la mujer de nacionalidad brasilera, que también estaba al cuidado de la niña y que fue citada a audiencia imputativa a principios de 2018. “Esta mujer pidió una prórroga pero cumplido este plazo, al no presentarse ante la justicia se declaró su rebeldía y se pidió captura internacional”, manifestó Del Río Ayala y añadió que “la mujer fue detenida por Interpol en Porto Galinhas, Pernambuco,  el 20 de julio de 2018, y su situación procesal tramitará ante la Justicia del vecino país”, adelantó.


Comments are closed, but trackbacks and pingbacks are open.