Histórico El municipio de Laguna Paiva recibió las 227 hectáreas del ferrocarril y buscará crear un área industrial

Tras décadas de abandono, el municipio paivense recibió oficialmente la propiedad de los históricos terrenos ferroviarios. El intendente Elvio Cotterli anunció que allí se impulsará un polo de desarrollo industrial que podría devolverle a la ciudad el protagonismo perdido desde el cierre del ferrocarril en los años 90.


Este miércoles marcó una jornada histórica para Laguna Paiva, ciudad que alguna vez fue el motor ferroviario del centro norte santafesino. En un acto cargado de simbolismo, el municipio recibió la escritura de 227 hectáreas pertenecientes al ex Ferrocarril Belgrano, un traspaso que abre la puerta a un proyecto de reconversión económica largamente anhelado.

El intendente Elvio Cotterli encabezó la ceremonia realizada en los propios terrenos, acompañado por el ministro de Gobierno Fabián Bastía, el senador por La Capital Paco Garibaldi, y los diputados provinciales José Corral y Pablo Farías. Durante su discurso, Cotterli destacó que esta transferencia “marca el inicio de una nueva etapa para Laguna Paiva, que vuelve a soñar con producir, generar empleo y recuperar su identidad”.


La historia ferroviaria de la ciudad se apagó en los años 90 con la privatización del sector, dejando a Paiva sumida en una profunda crisis. De ser una de las localidades más fuertes del interior santafesino, pasó a depender casi exclusivamente del empleo público, y perdió parte de su población, superada incluso por la vecina Recreo en los censos de comienzos de los 2000.

El proceso de recuperación de los terrenos tuvo un largo recorrido. Los primeros trámites fueron iniciados por Hugo Marcucci, continuados con énfasis por el entonces diputado José Corral, y finalmente concretados por la actual gestión municipal de Cotterli, quien desde el inicio de su mandato buscó que esas hectáreas volvieran a tener un fin productivo.


El proyecto prevé la radicación de industrias en las antiguas naves donde se reparaban vagones, así como la construcción de nuevos galpones en los espacios disponibles. Además, el predio cuenta con una ubicación estratégica: está sobre la Ruta Provincial 4, a pocos kilómetros de la Ruta Nacional 11, y con acceso directo al ramal del Belgrano Cargas, lo que lo convierte en un punto logístico clave para el desarrollo regional.

En su intervención, el diputado provincial Pablo Farías subrayó el valor del trabajo conjunto entre los representantes santafesinos:

“Esta es una clara demostración de lo que puede lograrse cuando los legisladores nacionales se unen para defender los intereses de la Provincia de Santa Fe”, indicó, y agregó: “Esto se consigue por un proyecto de ley firmado por diputados santafesinos y por la unión de las provincias para defender sus propios intereses en el Congreso. 227 hectáreas para Laguna Paiva, familias que podrán escriturar su casa y crecimiento de la industria. Este es el ejemplo de cómo hay que trabajar en el Congreso de la Nación”.

Por su parte, el senador Paco Garibaldi remarcó el impacto que tendrá la medida:

“El cierre del ferrocarril fue una decisión que se tomó en Buenos Aires pero que nos afectó acá. Y hoy, gracias al trabajo sostenido por años y a la firme decisión del Gobierno Provincial, estas 227 hectáreas vuelven a ser de Laguna Paiva.”
“Estos terrenos que eran parte del pasado, los vagones abandonados y el óxido, hoy se convierten en una oportunidad para el futuro, en posibilidades de crecimiento, de industria y de inversiones para toda la región. Eso es lo que queremos para Santa Fe y para todo el país.”

Con la entrega del título de propiedad, el municipio inicia ahora una etapa decisiva: dotar al predio de los servicios esenciales y promover su infraestructura para atraer inversiones. “Esta escritura no es un punto final, es el comienzo de algo mucho más grande. Es el momento de transformar la historia ferroviaria en futuro industrial”, subrayó Cotterli ante los aplausos de vecinos y ex ferroviarios que participaron del acto.

Laguna Paiva, la ciudad que alguna vez fue símbolo del trabajo sobre los rieles, vuelve a ponerse en marcha.

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