Jair Bolsonaro habló por primera vez desde los resultados de las elecciones el domingo. El mandatario brasileño se reivindicó como líder de la derecha y no se refirió a la derrota. Tampoco habló de su rival Lula da Silva, quien ganó los comicios y es el presidente electo de Brasil.
“Quiero comenzar agradeciendo a los 50 millones de brasileños que votaron por mí”, dijo el mandatario brasileño desde el Palacio de la Alvorada. “La derecha ha surgido realmente en nuestro país. Nuestra sólida representación en el Congreso demuestra la fuerza de nuestros valores: Dios, patria, familia y libertad”, agregó Bolsonaro.
A 44 horas de perder las elecciones más importantes de la historia de Brasil, el derrotado excapitán del Ejército no aceptó preguntas y envió mensajes hacia sus seguidores, que han cortado más de 200 rutas en todo el país, pidiendo un golpe militar y denunciando fraude.
Bolsonaro justificó las protestas que están causando caos en las rutas del país, pero pidió que sean «pacíficas», en una de las declaraciones más confusas para un proceso electoral en el país. También prometió respetar la Constitución en lo que le queda del mandato, hasta el 31 de diciembre.
Tras permanecer casi 36 horas en silencio, el líder de la ultraderecha se había recluido en su residencia oficial, en Brasilia, que solo había dejado para dirigirse al Palacio presidencial, pero sin hablar y con sus redes sociales, siempre febriles, totalmente mudas durante los últimos tres días.