La deportista falleció a los 47 años, dejando una huella imborrable en el deporte argentino. ¿Cómo será el itinerario de despedida?
La exboxeadora y múltiple campeona mundial Alejandra “Locomotora” Oliveras recibe este martes su último adiós en un emotivo recorrido que combina la intimidad familiar con un sentido homenaje público. La deportista falleció a los 47 años, dejando una huella imborrable en el deporte argentino y en la vida de miles de personas que encontraron en su historia una fuente de inspiración.
El velorio comenzó a las 7 de la mañana en la casa funeraria Rodríguez, en una ceremonia privada reservada exclusivamente para sus familiares, amigos cercanos y seres queridos. El espacio íntimo se extenderá hasta las 16 horas.
Más tarde, el féretro será trasladado a la Legislatura de la provincia de Santa Fe, donde se realizará un homenaje público. Allí, ciudadanos, admiradores y colegas podrán acercarse para despedirse de una de las figuras más queridas del deporte nacional. Se espera una gran concurrencia, ya que Oliveras no solo fue una referente del boxeo, sino también una voz activa en causas sociales, especialmente en el acompañamiento a mujeres y jóvenes de sectores vulnerables.
La cremación de sus restos está prevista para este miércoles 30 de julio a las 10 de la mañana, en el Cementerio Municipal de la ciudad.
Luto provincial
El Gobierno de Santa Fe decretó 72 horas de duelo, durante las cuales las banderas permanecerán a media asta en todos los edificios públicos. La medida busca rendir tributo a una mujer que trascendió los cuadriláteros para convertirse en un símbolo de lucha, esfuerzo y superación personal.
Una vida de combate dentro y fuera del ring
Conocida por su estilo combativo y su carisma arrollador, “Locomotora” Oliveras fue seis veces campeona mundial en distintas categorías. Pero su legado va más allá de los títulos: su historia de vida, marcada por la adversidad, la convirtió en una referente de resiliencia y empoderamiento.
A lo largo de su carrera, y especialmente después de colgar los guantes, Alejandra se dedicó a dar charlas motivacionales, talleres y actividades comunitarias, con un fuerte compromiso social.
Hoy, el país la despide entre lágrimas, aplausos y gratitud. Su recuerdo vivirá en cada persona que alguna vez se sintió impulsada a no rendirse gracias a su ejemplo.