Reclaman seguridad en el Samco de Rincón ante los reiterados y violentos hechos delictivos

El viernes pasado, mientras una médica del Samco de Rincón atendía a una persona que ingresó con una herida de arma blanca ingresaron dos jóvenes solicitando protección, aduciendo de que eran perseguidos por personas armadas. El centro de salud fue cerrado inmediatamente y todos debieron esconderse en el efector, que hizo las veces de refugio.


Ante los hechos de violencia, los trabajadores reclaman a las autoridades de Salud que se garanticen condiciones de seguridad. Así, fue declarado el estado de asamblea y este miércoles realizaron una protesta frente al Samco.

Verónica Prieta es médica y contó lo que le tocó vivir la semana pasada: «El viernes llegó un paciente, un joven, con una herida cortante de arma blanca en el muslo. Estaba por realizar la atención, la sutura, cuando en forma intempestiva ingresan dos jóvenes al consultorio solicitando protección porque otros dos muchachos los estaban persiguiendo en moto con armas de fuego».


«Los jóvenes estaban muy asustados –continuó la profesional. Los protegimos y una de las enfermeras cerró la puerta del Samco. El resto de los pacientes se protegieron en la sala donde duerme el médico».

La Asociación Trabajadores del Estado y la Junta Interna de delegados del Hospital Iturraspe, repudiaron enérgicamente lo acontecido. Asimismo, le reclaman a las autoridades del Nodo y Ministerio de Salud que se arbitren los medios necesarios para la prevención de estos hechos de inseguridad y una respuesta integral a la problemática.


«Estamos expuestos a muchas de estas situaciones de inseguridad», describió Prietto. «Uno va utilizando las herramientas como para poder seguir sosteniendo el trabajo y las responsabilidades que implica. Pero igualmente, estas no son las condiciones ideales».

«Lo que no hay que hacer es naturalizar esta situación. Hay que proteger al personal que está brindando una atención a la comunidad, y a la misma comunidad que está esperando a ser atendida».

Sobre lo sucedido el viernes pasado, describió: «Generó un clima de tensión, había niños, menores, se genera una situación de mucha tensión. Ya no hay un límite de respeto, ni siquiera al lugar donde la gente viene a ser atendida. No hay un mínimo de códigos de respeto a una institución que le está brindando un servicio para poder atenderlas».

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