Continúa internada en terapia intensiva, pero sin signos de sangrado y con una respuesta clínica positiva. La hija adolescente ya fue dada de alta.
A cuatro días del violento ataque ocurrido en el barrio Nueva Esperanza, la mujer de 54 años que fue baleada por su pareja, un agente policial en actividad, muestra signos alentadores de recuperación tras haber sido sometida a una segunda intervención quirúrgica en el Hospital Iturraspe.
Según informó la subdirectora del hospital, María Elisa Bacca, la paciente continúa en la Unidad de Terapia Intensiva, con un cuadro clínico estable y una evolución favorable. La nueva cirugía, realizada este domingo, se centró en controlar una lesión hepática, y los médicos aseguraron que fue exitosa, sin evidencia de nuevos sangrados.
“Si la evolución continúa siendo favorable, podrá pasar a una sala de menor complejidad”, explicó Bacca.
El impacto de los disparos
Durante el ataque, la mujer recibió dos disparos: uno afectó órganos vitales en la zona abdominal —incluyendo hígado, estómago y colon— y una de sus muñecas. El segundo proyectil impactó en una pierna, aunque solo causó lesiones de partes blandas, sin compromiso óseo.
La primera cirugía, realizada el mismo día del hecho, fue parte del protocolo de “control de daños”, que busca estabilizar al paciente antes de completar el tratamiento con intervenciones sucesivas.
La hija adolescente fue dada de alta
En tanto, la hija de 16 años de la pareja —quien también fue víctima del ataque— ya fue dada de alta. Había ingresado al hospital en estado de shock con un traumatismo leve de cráneo, y fue evaluada tanto por profesionales clínicos como por equipos de salud mental.
Pronóstico reservado
A pesar del progreso clínico, desde el hospital aclararon que el estado general sigue siendo delicado:
“Ha tenido una evolución positiva hasta el momento, pero pueden surgir complicaciones. Por eso mantenemos un monitoreo médico estricto, hora a hora”, concluyó la subdirectora.
El caso continúa siendo investigado por la justicia, en medio de una fuerte conmoción pública por tratarse de un nuevo episodio de violencia de género con un miembro de las fuerzas de seguridad como agresor.




