La ciudad mexicana de Culiacán vive momentos de tensión tras la captura de Ovidio Guzman, hijo del encarcelado narcotraficante Joaquín «El Chapo» Guzman y líder de un cartel. En el día de ayer se registraron graves incidentes en las calles de la ciudad ubicada al noreste del país.
La contienda que tuvo lugar en los espacios públicos, entre los más de 4500 efectivos y las personas pertenecientes al cartel de Sinaloa, tuvo como resultado el deceso de 10 militares y 19 presuntos delincuentes. Además de cientos de autos incendiados, comercios saqueados e innumerables daños a propiedades privadas.
Las fuerzas de seguridad retiraron este viernes decenas de autos robados e incendiados a lo largo de la ciudad, de 800.000 habitantes, en cuyas calles se libraron feroces batallas que alcanzaron el aeropuerto internacional y provocaron escenas de pánico entre la población.
«No se tiene información de ningún civil inocente que haya perdido la vida», destacó Luis Sandoval, secretario de Defensa del país norteamericano. Esto fue, durante la conferencia diaria del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, quien destacó por su parte que la operación se concretó «de manera responsable», de acuerdo con el diario mexicano Milenio.
En medio de la ofensiva de los integrantes del Cártel de Sinaloa para rescatar a su jefe también fueron impactados un avión de pasajeros -momentos antes de despegar- y dos aeronaves de la Fuerza Aérea mexicana.
Las autoridades de Culiacán confirmaron que el aeropuerto y las autopistas, que son las principales vías de comunicación, se mantendrán cerradas durante la jornada por razones de seguridad, reseñó el diario local Noroeste.
Ovidio Guzmán, apodado como «el ratón», se encuentra recluido en El Altiplano. Esa cárcel es la misma de la cual se fugó su padre hace 7 años, antes de ser recapturado y condenado a prisión perpetua en Estados Unidos.


