TRUMP Y HILLARY SE TRENZARON SIN TREGUA SOBRE POLÍTICA EXTERIOR Y DE SEGURIDAD

El primer debate entre Donald Trump y Hillary Clinton fue tan duro como se anticipaba. No quedó claro al cabo de la hora y media de cruces y discusiones frente a las cámaras de televisión si uno de los dos había ganado el debate de la noche. Fue el primero de los tres choques verbales que habrá antes de las elecciones del 8 de noviembre próximo.


Como se esperaba, el debate fue áspero y muy agresivo. La noche empezó con un breve apretón de manos de los candidatos a presidir Estados Unidos en la universidad neoyorquina de Hofstra, en Long Island. El moderador, el periodista Lester Holt, de raza negra, fue cuestionado días antes por Trump por «ser demócrata», pero resultó que el profesional está inscripto desde 2003 como votante republicano. El profesional tuvo un desempeño extremadamente sobrio toda la noche.

El debate comenzó con cortesías, pero mucho antes de la primera media hora los buenos modales se dejaron de lado y las agresiones se multiplicaron entre Donald Trump y Hillary Clinton. La demócrata golpeó sobre las cuentas poco claras del empresario, su falta de una declaración de impuestos conocida y la quiebra o «bancarrota» de sus empresas. Trump contestó una y otra vez con los antecedentes de Clinton como secretaria de Estado y la deuda pública y los y déficits estructurales de la obra pública en Estados Unidos.


Recién en el minuto 45 se pasó al candente temario racial de EEUU, en plena ola de protestas y asesinatos policiales de hombres de raza negra. Clinton pidió una mejor preparación policial y que «use la fuerza sólo cuando sea necesario», pero hoy «en muchos de nuestros barrios no es el caso» y por esto «he pedido una reforma de la justicia penal». Luego habló de «la epidemia de las armas», que «es la principal causa de muerte entre jóvenes afroamericanos» y de «la plaga de la violencia con armas». Trump se limitó a reclamar «ley y orden» y señaló el caso de Charlotte, donde ocurrió el último caso de asesinato policial. Mencionó el apoyo de los sindicatos policiales a su candidatura. Para él «los afroamericanos y los latinos están viviendo un infierno, porque viven en zonas muy peligrosas. Tenemos que detener la violencia. En Chicago miles de personas han muerto en estos años. Cuatro mil personas han muerto en Chicago» durante las dos presidencias de Barack Obama. Chicago es la ciudad natal de Barack Obama. Trump afirmó con énfasis que hoy la policía «tiene el temor de actuar». El debate pasó entonces a la ciudad de Nueva York. Allí, dijo el republicano, «la detención y cacheo» ha sido un éxito. Hillary recordó que ese procedimiento se consideró inconstitucional por un juez. Trump respondió ásperamente y dijo que «detener y cachear» es un instrumento esencial de la policía para combatir la delincuencia, aunque admitió que la relación de las comunidades con la policía deben mejorarse. Trump remarcó continuamente que la «ley y el orden» son especialmente necesarios para los «barrios pobres, que son los que más sufren la violencia». En Nueva York «bajamos de 2.200 asesinatos a 500 con el alcalde Bloomberg con la política de detener y cachear», afirmó Trump. Nueva York es la ciudad en las que los dos candidatos viven.

Clinton vistió traje de chaqueta rojo; Trump, corbata azul: ambos intercambiaron así los colores de sus partidos en un debate que despertó tanta expectación que se calcula que fue visto por 100 millones de estadounidenses, acabando con el récord de 80 millones que fijaron Jimmy Carter y Ronald Reagan en 1980. Miles de periodistas de todo el mundo se acreditaron.


La primera mujer que puede llegar a presidir Estados Unidos y el multimillonario reconvertido en político concurrieron al debate sin ayuda de notas previas. Fue la primera vez que se los vio hablando frente a frente.

Sobre el conflicto racial, Hillary recordó que ya en 1973 Trump fue denunciado por negarse a alquilar departamentos a personas negras. Trump aseguró que esos juicios se ganaron sin admisión alguna de culpa. Hillary entonces pasó al sensible tema de la relación de Trump con el presidente ruso Vladimir Putin, al que acusó de los recientes hackeos que han sufrido grandes instituciones de EEUU. «Los rusos deben entenderlo: no vamos a usar las herramientas que tenemos, pero deben saber que tenemos esos instrumentos», advirtió Hillary. Sobre el grupo terrorista Estado Islámico (Isis), Trump golpeó sobre terreno seguro, al decir que esa formación terrorista creció y se fortaleció bajo los gobiernos de Obama, con Clinton al frente de la diplomacia del país. Trump exigió además que Corea del Sur y Japón «paguen» por la protección que les otorga Estados Unidos. Clinton debió tranquilizar a las dos naciones asiáticas sobre que Washington respetará esos históricos acuerdos.

En todo momento Trump se dirigió a su adversaria como «la secretaria Clinton», al parecer con la estrategia de recordar su paso no del todo brillante por el Departamento de Estado durante la primera presidencia de Obama. El tono de confrontación nunca bajó. La voz áspera y aguda de Trump escalaba muchas veces en forma irrespetuosa, como ya es tradición en el empresario neoyorquino. Hoy, al día siguiente del debate, las estadísticas dirán qué resultados ha recabado cada uno de los dos candidatos. Anoche la impresión era de que ninguno había logrado imponerse con claridad al otro, y así los seguidores de cada uno podía ver vencedor a su preferido.

La última pregunta del moderador Holt fue: «Uno de los dos perderá. ¿Aceptará la derrota?» Clinton simplemente dijo que «estamos en una democracia» y llamó a «ir a votar». Trump fue muy elusivo ante la misma pregunta y luego de varias idas y vueltas, admitió que daría su apoyo a una hipotética Hillary presidenta.

Kerry se reunió con Maduro

El secretario de Estado John Kerry dijo que está «profundamente preocupado» por la intensificación de las tensiones políticas en Venezuela, al reunirse en forma oficial por primera vez con el presidente Nicolás Maduro. Ambos se vieron en la ciudad de Cartagena, Colombia, por el acuerdo de paz con las Farc (ver página 28). «Estamos muy, muy preocupados por el pueblo de Venezuela, por el nivel de conflicto, el hambre, la falta de medicinas», dijo Kerry.

Fuente | LaCapital