Es inédito en el país que una menor de edad se conforme como querellante en un caso penal. El hombre fue condenado a seis años de prisión efectiva por abuso sexual simple.
En marzo del 2021 una niña de 14 años de la ciudad de Recreo denunció a su propio padre con el apoyo de una psicóloga y la Asociación Civil Aljaba de Recreo, luego de poder contar los hechos de los que fue víctima en sus redes sociales. Con el hombre detenido ese mismo mes, logró constituirse como querellante por derecho propio.
Este jueves fue notificada que Cristian Angel M. fue condenado a seis años de prisión efectiva por ser autor de los delitos cometidos contra su propia hija de abuso sexual simple por el parentesco y la guarda. Además, la Justicia procederá a extraerle muestras para lograr la identificación genética del condenado y su inscripción en el Registro Nacional de Datos Genéticos vinculados a delitos contra la Integridad Sexual. La sentencia lleva la firma de la jueza de primera instancia Rosana Carrara. La investigación fiscal estuvo a cargo de Celeste Minniti de la Unidad de Violencia de Género, Familiar y Sexual del Ministerio Público de la Acusación. Este medio se reserva el apellido del condenado para preservar la identidad de la joven.
Participación de la adolescente
La querella hizo la solicitud de la constitución con la base en el principio de capacidad o autonomía progresiva de niños, niñas y adolescentes avalado por la Convención sobre los Derechos del Niño y la Ley N° 26.061 de Protección Integral de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes, que destaca «el derecho de las niñas, niños y adolescentes a ser oídos y que su opinión sea tenida en cuenta«.
Y en que el nuevo Código Civil y Comercial de la Nación considera que aquel que «cuenta con edad y grado de madurez suficiente puede ejercer por sí los actos que le son permitidos por el ordenamiento jurídico» y refiere una presunción de que «el adolescente entre trece y dieciséis años tiene aptitud para decidir por sí respecto de aquellos tratamientos que no resultan invasivos, ni comprometen su estado de salud o provocan un riesgo grave en su vida o integridad física».
En cuanto a la actividad de la adolescente en el juicio cabe destacar que no pudo participar de manera presencial ni virtual de las audiencias, ni como testigo en el juicio, ya que lo hizo a través de sus abogadas. «El proceso fue muy duro para la víctima. Tuvo una actitud muy activa durante todo el juicio de requerirle a sus representantes legales información constante respecto del avance», describió Agustina Taboada, abogada de la víctima.
Con información de UNOSantaFe




