La violencia homófoba sigue truncado vidas

Hasta hace muy poco, el joven brasileño de 22 años, Jefferson Anderson Feijo de Cruz tenía una vida completamente distinta a la que lleva por estos días . Jeff, era estudiante, tenía un grupo de amigos y una excelente relación con sus familiares. Siempre se caracterizó por ser alguien lleno de vida y optimista; hasta la fatídica noche que cambiaría por completo su vida.

En diciembre pasado, iba a reunirse para festejar el inicio de sus vacaciones con amigos en Brasil. Justamente, Brasil, un país con un referente homofobo en el gobierno.


El hecho:

La noche del 7 de diciembre Jefferson y sus amigos fueron a un bar, después de un tiempo el joven se dirigió al baño del lugar, tras varios minutos sin retornar, sus amigos se preocuparon y fueron a buscarlo; para su sorpresa Jeff no se encontraba allí, por lo que comenzó una búsqueda por el lugar y no lo hallaron hasta que momentos después a unas cuadras del Bar lo encontraron desangrándose en plena calle.

Una brutal golpiza dejó al joven en grave estado, permaneció en coma durante un mes. El resultado fueron lesiones realmente graves en órganos vitales como el cerebro y los pulmones.

Hace poco él recibió el alta, sin embargo poco queda de lo que un día fue. Su alegría y su entusiasmo por la vida se han esfumado. Hoy Jefferson no puede caminar, hablar o alimentarse por sí mismo.


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