Santa Teresita: seis muertos por el derrumbe de una obra en construcción

“Fue un estruendo tremendo, como un trueno de una gran tormenta”, ilustra una vecina y dice que al asomar por el balcón de su casa seguía escuchando el rechinar de caños de apuntalamiento que habían cedido ante toneladas de hormigón fresco, mezclados con los gritos de obreros heridos, un poco por el dolor de los golpes, pero mucho más para pedir ayuda por los compañeros que habían quedado atrapados entre hierros y cemento.

El trágico derrumbe se produjo ayer en lo que iba a ser el techo y, a la vez, base del primer y último piso del centro cultural que el gobierno municipal del Partido de la Costa había emprendido a mediados del año pasado en Avenida Costanera entre calles 44 y 43, frente a las playas de esta localidad balnearia.


Las esperanzas de un milagro se agotaron a última hora de anoche, cuando los rescatistas lograron dar con el sexto cadáver. Una búsqueda que, según autoridades municipales afirmaron a la nacion, se hizo sin un listado oficial de las personas que allí estaban trabajando. Se tuvieron que guiar solo por los datos que aportaron los seis sobrevivientes iniciales y familiares de sus otros compañeros.

La ejecución de la obra estaba a cargo de la empresa constructora Perfil, de Capital Federal, y se pudo conocer que el personal que resultó víctima era oriundo de Villa Gesell y Mar del Plata, entre ellos varios extranjeros procedentes de países limítrofes. No se difundieron identidades.

A los seis heridos se los trasladó al Hospital Municipal, donde cinco de ellos pronto recibieron el alta porque habían sufrido lesiones menores. El restante, que sería el capataz, permanecía internado y en observación, pero solo por precaución, ya que su cuadro no revestía gravedad.

El proyectado centro cultural tiene unos 50 metros de largo por unos 10 de ancho y la losa que ayer se comenzaba a cargar con hormigón armado se iba a sostener sobre una decena de columnas. Las tareas habían tenido una pausa y ayer se habían retomado. Lo que cedió fue un 60% del encofrado cuando más de la mitad de esa porción había recibido el material volcado mediante mangas de una máquina hormigonera. Todo indica que hubo un muy mal cálculo en el apuntalamiento de la estructura.

“Nosotros, con distintos colaboradores, estuvimos recorriendo la obra por dentro porque hoy [por ayer] se reanudaban los trabajos”, dijo a la nacion el intendente del Partido de la Costa, Juan Pablo de Jesús, que había caminado entre los cientos de caños y soportes metálicos que 40 minutos después cedieron porque no soportaron el peso de la mezcla de cemento, arena, piedra y agua. Anticipó que la empresa Perfil, que se adjudicó esta obra por licitación, “deberá explicar y responsabilizarse de este trágico hecho”.

Bomberos de las distintas localidades del Partido de la Costa, Pinamar, Mar Chiquita, Villa Gesell y General Madariaga participaron del operativo de rescate al que se sumaron policías, guardavidas y hasta scouts. Sobre la Avenida Costanera se montaron puestos con herramientas y maquinarias, otro de refrigerio e hidratación y un tercero sanitario, con equipos de emergencias médicas.

Augusto Giachetti, jefe de Defensa Civil del Partido de la Costa, dijo que el derrumbe se produjo poco después de las 13 y que, de inmediato, se desplegó el operativo de búsqueda y rescate. “Teníamos seis obreros heridos que nos confirmaron que otros seis compañeros habían quedado bajo el hormigón”, explicó. Cuatro horas después se ubicó el primer cadáver y antes del anochecer otros cuatro. El último, a las 22.

El desmenuce de los restos de la frustrada losa se hizo con máquinas y, por momentos, de manera casi artesanal. Se retiraban a mano pequeñas piedras, trozos de hierro y maderas. Y tras el sonido de un silbato se hacía silencio absoluto, a la espera de una señal de vida. Al comienzo se había llamado a los celulares de las víctimas, para ver si sonaban entre la montaña de materiales.

Rescatistas ubicaron dos de los cadáveres. Likan, un ovejero sable de la división K9 (canes) del cuartel de Bomberos de Santa Teresita dio señales para encontrar otros cuerpos. A última hora llegaron desde La Plata, otros dos perros de similar raza para ampliar el despliegue. Galo, rastreador de cadáveres, y Afro, que en vano buscó sobrevivientes. Con equipos electrógenos y reflectores y más de 100 personas por turno, las tareas continuarían durante la madrugada.

Familiares de las víctimas aguardaron en un sector apartado, a menos de 20 metros del perímetro de la obra derrumbada, y asistidos por psicólogos. Bajo esos gazebos todo era drama y angustia. Sufrieron horas sin saber quiénes eran los muertos. Al final todos padecieron y compartieron el mismo y doloroso final.

Los propios responsables del operativo no descartaban que pudiera haber alguna víctima más. “No sabemos si pudo haber alguien de visita o un proveedor de paso”, admitió un funcionario municipal. Sobre incertidumbres citó el caso de otro joven obrero que, cuando se lo creía entre los desaparecidos, asomó por la Avenida Costanera con la comida para el almuerzo que había ido a comprar a un par de cuadras. Pasó la tarde en shock y con asistencia médica cercana.

El centro cultural pretendía ser un aporte a la oferta de servicios de esta localidad, con una estructura y prestaciones similares a la de otro que el municipio ya concretó y tiene en funcionamiento en Mar de Ajó. Contemplaba un auditorio y sala de conferencias y exposiciones repartidos entre la planta baja y un primer piso que ocupaba la mitad de la losa que ayer se desplomó.

El gobierno municipal, mediante un comunicado, confirmó ayer que se presentará como particular damnificado ante la Justicia junto a los trabajadores afectados y los familiares de las víctimas.

LA NACIÓN


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