Coraje y denuncia. Así podría definirse la historia del cura Luis Luna, o el padre “Lucho”, como lo conocen los vecinos del barrio La Cabaña en la localidad de Pablo Nogués. “Lucho” se animó a denunciar los lugares donde le venden droga a niños y adolescentes de la zona.
Durante su nombramiento oficial como párroco de la iglesia de Itatí, realizado ayer, el sacerdote convocó a los vecinos a realizar una procesión por el barrio. Pero no fue una peregrinación más: mientras caminaban, realizó una suerte de escrache en los frentes de las viviendas donde se cree que les venden drogas a los más jóvenes.
De la procesión participaron personas recuperadas de su adicción a las drogas y sus familias. “Lo que venimos tratando de realizar es brindar un mensaje a las familias y nos enfocamos en los más chiquitos, que son los más vulnerables”, explicó el religioso.
Luna hace muchos años que trabaja con la comunidad para combatir el flagelo de las adicciones. “Luchamos contra los distintos venenos, que son comercializados muchas veces por sus propios vecinos, tal vez sin tener plena conciencia del daño que causan no sólo a los chicos sino a la familia entera”, relató.
El objetivo de “Lucho” fue enviar mensajes concretos a los vecinos sobre los lugares que convierten la vida de sus familias en “un infierno”. “Es nuestra manera de que se interpelen; seguro que en esas casas, la venta de drogas es un ingreso de dinero para afrontar la vida, pero se hace a costa de despedazar familias, es tremendo lo que ocurre con cada caso de adicción”, sentenció en declaraciones a Diario Popular.
Fuente: Infobae