ESCÁNDALO Y UN DETENIDO EN UN CLÁSICO DE INFERIORES DE LA LIGA SANTAFESINA

El domingo, en el predio sabalero, jugaron el clásico Colón y Unión de la categoría 2003 (10ª), pero la noticia no estuvo dada en el resultado, sino en los lamentables acontecimientos que se sucedieron en el final del partido cuando el preparador físico de Unión, Marcelo Ostellino, y el técnico de Colón, Federico Dellacroce, se insultaron y estuvieron muy cerca de cruzarse a golpes de puño.


Faltó casi nada para que eso suceda ante la atónita mirada de los chicos que observaban la escena, como así también del resto de los protagonistas que no salían de su asombro ante semejante acto de violencia. Hasta ese momento el partido se desarrollaba de manera normal y el resultado era 0-0.

Faltando 30 segundos para el pitazo final, dos futbolistas fueron a disputar un balón y el jugador rojiblanco quedó sentido en el piso, más allá de que no había sido infracción. Por ese motivo el balón quedó en posesión de Colón, pero el árbitro con sumo criterio paró el encuentro para atender al chico  que estaba caído.


En ese instante se produjo un intercambio de opiniones entre el entrenador rojinegro y el preparador físico tatengue. El técnico sabalero pretendía que se realice un pique y que el balón se dispute en la zona media, mientras que el PF quería que los jugadores Tatengues le cedan la pelota a su rival pero para terminar presionando en el área rival, lo que suponía una ventaja para el elenco rojiblanco.

Finalmente el juez decidió dar un pique y el balón derivó hacia un futbolista de Unión que envió un centro para el gol tatengue que marcó el final del partido. Victoria por 1-0 y el inicio de los incidentes. Apesadumbrado aún por la derrota, Dellacroce comenzó  a escuchar  insultos referidos hacia su persona y cuando giró la cabeza se encontró con Ostellino, quien se había dirigido hasta el banco de suplentes de Colón para increparlo.


A partir de allí se sucedieron una serie de insultos por parte de ambos protagonistas que debieron ser separados para que no se agredan físicamente.

Inmediatamente el juez expulsó  a los dos, en medio de un clima de suma tensión que no se correspondía con el desarrollo del juego y mucho menos con la participación de jugadores que tienen 12 años y que de ninguna manera tienen que soportar este tipo de acciones.

Posteriormente, Ostellino fue retirado del predio y las cosas se  fueron calmando, pero con buen criterio se suspendieron los partidos que debían desarrollarse de las categorías 2001 y 2002. El clima estaba lejos de ser el mejor por tamaña falta de disciplina que en este caso tuvo como protagonistas a quienes deben predicar con el ejemplo.

Con el correr de los minutos, el cuerpo técnico de Unión, como así también directivos rojiblancos  se acercaron a Dellacroce para disculparse por los incidentes, y el propio entrenador también se hizo responsable por la fallida reacción que tuvo ante los insultos de Ostellino, contestando de la misma manera para seguir con la escalada de violencia que terminó en un bochorno que dejó mal parado a ambos clubes.

Como consecuencia de esta situación, Ovación se contactó con Axel Menor (Presidente de la Liga), quien confirmó que hoy dirigentes de Colón y Unión, como así también los árbitros deberán acercarse a la sede de la entidad para detallar los episodios y a partir de allí se elaborará un informe con todo lo sucedido.

Luego serán citados los protagonistas directos para que cuenten su versión, pero está claro que se preveen sanciones duras para los implicados, dado que estas cosas no se pueden dejar pasar, pensando en  que no vuelvan a repetirse en el futuro.

Aquellos que deben enseñar y formar a los jóvenes no estuvieron a la altura de las circunstancias, se podrá decir que perdieron por goleada, en este caso el resultado final fue solo una anécdota.

 

Un detenido por la gresca final

El suceso es grave. Cuando el árbitro de solo 17 años, que cumplía con su rol en el clásico entre Colón y Unión de la 10ª categoría en el Predio Sabalero, pitó la finalización del partido, y luego del altercado que protagonizaron los cuerpos técnicos de ambos equipos, un hombre visiblemente exaltado de 57 años ingresó corriendo y vociferando epítetos irreproducibles. La Policía actuó conforme a restablecer el orden y frustró la presunta intención de agredir al árbitro y el hombre fue detenido. Los chicos, jugadores de ambos clubes, observaban absortos el suceso en el campo de juego, y lo ocurrido por los cuerpos técnicos de ambas entidades. El ejemplo de los mayores hacia los chicos fue catastrófico en una jornada de derbys santafesinos. Finalmente, la mañana de júbilo deportivo, terminó en bochorno.


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